El jueves tuve una experiencia nueva y la verdad que muy enriquecedora y bonita a la vez.
mi profesora del colegio no pudo asistir a clase ese día y fui yo la que me encargué de llevar a cabo todo lo que teníamos que hacer durante ese día.
A primera hora como vemos haciendo todos los días, dedicamos ese tiempo a realizar una lectura conjunta, en voz alta y todos tienen que estar muy atentos porque les puede tocar en cualquier momento.
Después de la lectura, pasamos a unas preguntas de comprensión lectora, para ver si han comprendido todo lo que hemos leído.
A continuación, había preparado unas fotografías de los personajes favoritos de los niños, esto lo pregunté con anterioridad para asegurarme.
Les entregué las imágenes y les pedí que me realizaran una descripción completa del mismo, yo les puse un esquema general en la pizarra para poder llevar a cabo dicha descripción, y a continuación me fui pasando por las mesas para ir revisando como iban y resolviendo todas las dudas que les pudieran surgir a los niños.
Para finalizar con la asignatura de lengua, les puse un ejercicio de buscar en el diccionario una serie de palabras que anteriormente habían aparecido en la lectura y que los niños no sabían cual era su significado.
Después del recreo seguimos haciendo actividades pero ahora de Matemáticas y Ciencias de la Naturaleza, pero a partir de aquí ya se incorporó mi tutora y volvimos a la realidad.
La verdad es que me encantó poder ver por mi misma lo que es enfrentarte a una clase sin ningún tipo de ayuda ni apoyo dentro del aula, tú y los niños y tener que desarrollar estrategias para que te escuchen y te atiendan y tener que regañar o llamar la atención si no lo hacen.
Me gusto mucho también porque a pesar de que tener a tu tutora en el aula es un apoyo y una ayuda en casi todos los sentidos, estar tu sola con los niños te hace aprender muchísimo y además en mi caso, me sentía con un poco menos de presión.
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